viernes, 22 de febrero de 2008

ESTRATEGIAS FUNDAMENTALES PARA LA ENSEÑANZA DE LA COMPRENSIÓN LECTORA

La lectura comprensiva de un texto (literario o no) es uno de los ejercicios que practicamos diariamente en la clase de Lengua C. y Literatura. Pero no es sólo en nuestra área en la que el alumnado debe tener las suficientes destrezas básicas para llegar a comprender un texto escrito. Es sabido que un conocimiento fructífiero de las mates, la historia, la biología... necesita un paso previo: que el alumnado haya desarrollado la comprensión escrita de los contenidos que tienen que comprender y utilizar en clase y en su vida diaria.
La comprensión es un proceso de creación mental por el cual, partiendo de ciertos (en este caso, leídos) el receptor crea una imagen el mensaje que recibe. La capacidad de comprender nos acompaña durante toda nuestra existencia y representa una delas edxpresiones más significativas del ser humano (gracia a ello, captamos todas la realidades que nos rodean). Sin embargo, no siempre adquirimos las suficientes habilidades y destrezas de comprensión lectora.
Si tenemos en cuenta las consideraciones anteriores, son tres las estrategias básicas que pueden aplicarse para favorecer y mejorar la comprensión lectora en clase:
1. Activar los conocimientos previos.
Uno de los comentarios que se repiten en clase cuando nuestros/as alumnos/as leen un texto (sea del tipo que sea) es: "No me he enterado de nada". Debemos demostrarles que esa idea preconcebida es falsa y que, incluso antes de comenzar la lectura, ya conocen algo sobre el asunto que se trata. Se trata de que recuerden todo lo que saben sobre el contenido del texto (introduciéndoles, pues, en dicho contenido), que hagan predicciones y que relacionen sus conocimientos con lo que están leyendo.
2. Releer.
Una vez que están leyendo, el problema anteriormente plateado puede llegar a solucionarse con una vuelta al texto que está trabajándose. Deben ser conscientes de cuál ha sido el punto donde han perdido el hilo de la lectura para volver sobre ello de una forma más pausada y con un ritmo más lento. No deben continuar leyendo si hay un pasaje que no han comprendido con suficiente claridad.
3. Resumir.
Uno de los mecanismos más útiles que tenemos para comprobar si un alumno ha comprendido el contenido de un texto es la realización de su resumen, es decir, que representen (oralmente o por escrito) de forma abreviada y precisa del contenido de un documento, sin entrar en interpretaciones críticas. A pesar de lo fácil que parece a simple vista, al alumnado de ESO, en general, le cuesta mucho trabajo extraer las ideas principales de un texto y redactarlas brevemente. Aún así, debemos darles las técnicas necesarias para que consigan hacer un buen resumen (que, evidentemente, tendrán que utilizar en cualquiera de las asignaturas).
Resulta curioso que cuando el alumno que realiza un breve resumen de la última película que han visto, el resultado suele ser bastante bueno: escogen las acciones principales y prescinden de los detalles sin problema. En cambio, en el caso de las lecturas de textos escritos, la cosa cambia: ¿a qué se debe? Evidentemente, el problema está, de nuevo, en las dificultades de comprensión lectora (y de expresión escrita) que suelen presentar.